viernes, 28 de agosto de 2009

Tips para un buen inicio de clases

Sólo es útil el conocimiento que nos hace mejores
Sócrates


¡Inició formalmente un nuevo ciclo escolar! ¡Qué interesantes retos tenemos adelante! En este ánimo podemos reflexionar sobre algunos tips para un excelente regreso a clases…

1. Según un estudio hecho en Inglaterra los alumnos indican que sólo el 18% de los profesores saben quiénes son sus estudiantes. ¿Ya aprendiste el nombre de tus alumnos? Puedes utilizar nemotecnias como asignar a la primera letra de su nombre un adjetivo. Por ejemplo: Angélica-Alegre, Ricardo-Risueño.
2. Escribe a manera de cheklist en una hoja la metodología general de tu clase. Comienza con cosas tan simples como pasar lista, hacer una recuperación de los contenidos de la clase pasada, etc. De una forma un poco más compleja pero similar, puedes diseñar la metodología de tu clase con propuestas de diseño instruccional como la de Robert Gagné. Esto te servirá para llevar un orden en todas tus clases sin atarte a un único tipo de estrategias.
3. Elabora una evaluación diagnóstica. Este tipo de evaluaciones no sólo te indican en dónde se encuentran tus estudiantes en cuanto a sus conocimientos; también nos dan luz sobre sus intereses, expectativas y retos personales. Aprovecha esta información para la planeación de tus clases.
4. Elabora tu síntesis programática y tu programa operativo lo suficientemente claros para que los alumnos conozcan qué van a estudiar en el ciclo escolar y lo suficientemente “flexible” para contemplar posibles modificaciones por eventos o días feriados.
5. Siempre es bueno preparar una “clase huevo”: algunas veces puede ocurrir cualquier imprevisto que no permite llevar a cabo una clase. En estas situaciones puedes dar una clase que haya sido diseñada para reforzar contenidos, revisar el avance del programa con tus alumnos, etc. Una “clase huevo” no es una pérdida de tiempo, al contrario, te permite reflexionar sobre tu quehacer docente y sobre los aprendizajes de los alumnos. Incluso sin que ocurran imprevistos que no te permitan dar una clase, las “clases huevo” son necesarias como un alto en el camino que fomente la reflexión.
6. Explicita todos los criterios de evaluación. Por ejemplo, ss muy importante que indiques a los alumnos qué significa que alguien tenga un 10, un 8 o un 6 en participación. ¿Cómo estás midiendo esto?
7. Cuando realices una planeación siempre responde las siguientes preguntas en el siguiente orden: ¿Qué voy a enseñar? ¿Para qué lo van a aprender? ¿Cómo lo van a aprender?
8. Diseña tus instrumentos de evaluación no sólo para comprobar en qué medida aprendieron los estudiantes, sino para comprobar qué cosas de tu quehacer docente debo de mejorar. Con la evaluación debes poder responder a ¿porqué no aprendieron mis alumnos lo que yo esperaba? Y ¿Qué debo hacer para lograrlo?
9. Mantente en constante comunicación sobre el avance de tus clases con el director de sección y con tu asesor. Asimismo procura conocer lo que tus compañeros están haciendo. Haz equipo con ellos.
10. Y lo más importante… Reflexiona en cómo la docencia te permite crecer no sólo en lo profesional sino también como persona.

Luis Medina Gual
Asesor Pedagógico Docente
CCH Tomás Moro Santa Fe
25 de Agosto de 2009

martes, 18 de agosto de 2009

04 Introducción al SPSS

03 Presentación numérica y gráfica de la información

02 Conceptos básicos sobre estadística

01 Introducción Estadística

Diseño Instruccional de Gagné


Coaching Cognitivo

¿Qué significa (realmente) la asesoría pedagógica docente?

El hombre no es más que lo que la educación hace de él
Emmanuel Kant

El día comienza en una escuela y los ánimos, la gran expectación y el bullicio son buenos indicios para identificar el inicio de un nuevo ciclo escolar. Ante esto, muchos de nosotros nos habremos de preguntar: ¿Qué expectativas tengo de mis alumnos, de los directores, de los programas o de nuestra labor docente? ¿Qué es lo que quiero lograr? O en un sentido más pedagógico e importante… ¿Para qué quiero que mis alumnos aprendan la materia?

Seguramente si se buscara enunciar todas las interrogantes que tiene un maestro, incluso antes de comenzar la planeación de su clase, nunca acabaríamos de escribir. Sin embargo sería necesario enunciar “la” pregunta que todos los docentes nos hacemos: ¿Cómo lograr que mis alumnos aprendan de una forma eficaz, eficiente y acorde con las necesidades individuales y a las demandas de la sociedad?

Sin lugar a dudas no existe una sola respuesta que logre contestar cabalmente a esta cuestión. A pesar de ello, existe una propuesta que hace un buen intento de responderla: el docente puede aprender de él mismo, aprender de su práctica, en su práctica y en relación con su práctica. El docente puede redescubrirse continuamente y reelaborar las ideas que tiene sobre la educación. ¿Quién mejor que él mismo para saber qué es lo que necesita para mejorar? ¿Quién conoce mejor que él a sus alumnos y lo que necesita cada uno como individuo y como grupo? ¿Quién mejor para saber las grandes fortalezas y áreas de oportunidad de su quehacer docente?

Esa es precisamente la labor que habremos de realizar en la asesoría docente: buscar que el docente aprenda de su práctica a través de la reflexión guiada. Esta es una gran oportunidad de conocernos como profesionistas comprometidos con el desarrollo del hombre a través de la educación. Aprovechemos el espacio dedicado a las asesorías para descubrirnos a nosotros mismos. Utilicemos la asesoría como un espacio de reflexión. Permitamos y fomentemos que esta sea una gran oportunidad para crecer no sólo como profesionistas sino como personas.

Luis Medina Gual
Asesor Pedagógico Docente
CCH Tomás Moro Santa Fe
18 de Agosto de 2009